9/10/12

LA BÚSQUEDA PARTE I

Se dejaba llevar por las horas y volvía caminando.
Sus ojos se volvían linces y cazaban en la basta pradera. Ya no había misericordia en sus fauces.
Relamía en sus colmillos el sabor de la ansiedad contenida, buscando morder eso que le quedaba lejos.
Se sucedieron los días y las cosas parecían mantenerse en trance. Nada parecía afectado, nadie parecía estar alerta.

Juntó lo que pudo, dejó reposar sus pies en un arroyo y cargó su pipa.
El humo le hizo compañía, solo unos instantes.
Intento concentrar su mente en el silencio del valle, quizás esperando escuchar sus palabras en la tranquilidad de la noche.