31/8/11
CRIATURAS DE LA NOCHE I
Generan focos de concentración y eligen lugares cómodos para ver la noche desenvolverse.
Sociales y comunicativas, buscan generar afinidades en la manada.
Como asi también están aquellas que se refugian en las penumbras.
Sus grupos reducidos transforman la comunicación en un hecho simbólico.
El misterio envuelve a aquellos que eligen las sombras.
Las pequeñas reuniones que se llevan a cabo en las penumbras son fundamentales para el grupo de la luz. Incluso algunos dicen que son aquellas reuniones las que mantienen al mundo en cauce.
Y por último estan aquellas que oscilan entre ambos mundos.
Salen de ámbitos en los que la luz lo devela todo para incorporarse en algún ritual, de los que están sucediendo allá, donde uno se vuelve su sombra.
Para emerger, perdidos, de una nube de humo y dirigirse a aquellos puntos de luz.
Probablemente para llenar su vaso.
25/8/11
X vs EL APOCALIPSIS
Supongamos que esto es un chiste.
Sería de los malos. Con un remate apresurado o, lo que es peor, un final previsible.
X Escribe rápidamente en una hoja cuadriculada, mientras que con su pie marca un pulso ajeno a todos los tiempos simultáneos que se dan en el baño.
El humo viaja, la mano arrastra tinta, el pie escucha.
Sería de esos chistes que no pasarían la noche de prueba, que nadie querría volver a escuchar, que nadie recordaría fragmentos aleatorios preferidos o, lo que realmente lastima a X, que algunos dirían ya conocerlo, aún sin darle una oportunidad.
¿Pero sabés que? Sería mi chiste favorito.
Y se que por lo menos un par de ustedes se van a reír. Porque lo entienden, porque se ponen a la altura o, lo que permite a X ignorar el apocalipsis, porque se ríen de mi conmigo.
¿Entienden?
3/8/11
HUMO
Se quemaba lentamente, y el comenzaba a sentirse mas leve.
Un segundo le llevaba distraerse en las volutas de humo que revoloteaban a su alrededor. Millones de mariposas y estrellas grises que iban, venían y terminaban desapareciendo.
Llenaba ahora su boca de aquella alquimia. Se embebía de sueños ajenos y aromas familiares, dejando a lo gris recorrer su boca, jugar con su lengua, descansar en su paladar.
Exhalaba, ahora, aquel maravilloso residuo. Huía de su boca impregnándola con sabores de tiempos lejanos y oscuros, de días efímeros y llenos de sol.
Los suyos, llenos de penas y alegrías, de tiempos de sol y lluvia.
De abriles y octubres. De sangre no derramada y de lágrimas que alguna vez ahogaron sus labios.
De momentos remotos en los que supo ser feliz, de instantes perecederos guardados en el aire de aquella pequeña habitación, que alguna vez había sido bosque, que alguna vez había sido mar.
Sus labios buscaban otra vez llenarse de magia, sus manos se transparentaban.
Su cuerpo perdía nitidez, y lo tranquilizaba.
Su sueño se volvía perpetuo. Su esperanza se acomodaba en aquellas ínfimas partículas, que se corrompían, en el ambiente compacto que su mente supo crear para morir luego, lejos de su boca.
Estaba hecho de tiempo y falta su anhelo de paz. Pero cerraba sus ojos, tranquilo, sabiendo que estaba logrando escapar.
En solo un instante se apagaría , cada vez faltaba menos. Poco a poco las ropas empezaban a quedarle holgadas, ya no había materia para rellenar aquella prisión de telas y penas.
Ahora moría el humo en una última voluta, pero se llevaba con él algo más.
La habitación soñaba ahora, vacía…