30/5/12

EL IMPULSO


Es, sin ser, la presencia absoluta que satisface mis necesidades. 
Quizás no lo nota, pero de todos modos fluye con el impulso de mi quiero. 

Se desvela pensando cosas radicalmente opuestas a mi saber, y por eso la deseo. 
Saboreo entonces la contradicción que se derrama por mis dedos. Me sabe a distancia.

Cautiva, de una manera explícita, mi atención.
Se regodea ante mis ojos, que la buscan sin mostrar sus intenciones. Pero cuando la encuentran, atenta, se escapan. Con los párpados entre las patas.

A veces ni siquiera se da cuenta de su incidencia. Siendo solamente cómplice accesorio de “lo que se debería conseguir en…”

De esta manera se presenta, blandiendo su perfección por sobre los eslabones débiles. 
Actúa un papel que fue escrito hace tiempo, pero encuentra la manera de adecuarlo a los tiempos que corren. Y con leves retoques la interpretación es perfecta. 

El problema es que quizás no lo nota, pero de todos modos fluye con el impulso de mi quiero.
Y sigue siendo, sin ser.

16/5/12

CRIATURAS DE LA NOCHE V


Están las que claramente están. No es su intención pasar desapercibidas, ni tampoco lo es la ausencia.
Sus acciones están en sintonía con la noche. Entonces su presencia se convierte en compañía.
A veces de cerca, a veces de lejos, pero a la vista.

Están las que parecen estar. Disfrutan posarse en los límites de la periferia, en donde los ojos no entrenados no saben si  gritan o sonríen.
A veces su presencia parece invadirlo todo. Y en un instante se esfuman, dejando solo una leve sensación a vacío.

Están las que se creen haber visto. Si bien su existencia es debatible, su aroma existe. La creencia popular suele atribuirles características fantásticas. 
El mito dice que “No se parecen a ninguna y se les aparecen a pocos”
Aunque todos pueden jurar haberla conocido.

4/5/12

EN LA TRAMPA

  Termina desagradandome el sabor a gris.
    Excluyo las cosas que me saben así.
      Reprimo los rojos, tiñendo con verde.
       Mordiendo avellanas, castaños y piel.
         In situ espero que muerda el anzuelo.
          Nadando hacia el fin, volviendo naranja el carmín.
            A tiempo enrollo la tanza, y exhala como puede.
              Reprimo la piedad para que el rojo explote.
                A veces termino con culpa la pesca.

               Contrario a lo que se piensa, en los rincones, surten efecto.
             A la presa poco le importan las convenciones geométricas.
          Y si bien la huida parece ser cosa de mandinga.
         En aquellos instantes de furia y pánico.
       No todos saben como reaccionar.
     Dos veces la presa escapa, dos veces el cebo falla.
   O solamente no es temporada.