Están las que claramente están. No es su intención pasar
desapercibidas, ni tampoco lo es la ausencia.
Sus acciones están en sintonía con la noche. Entonces su presencia se convierte en compañía.
A veces de cerca, a veces de lejos, pero a la vista.
Sus acciones están en sintonía con la noche. Entonces su presencia se convierte en compañía.
A veces de cerca, a veces de lejos, pero a la vista.
Están las que parecen estar. Disfrutan posarse en los límites
de la periferia, en donde los ojos no entrenados no saben si gritan o sonríen.
A veces su presencia parece invadirlo todo. Y en un instante se esfuman, dejando solo una leve sensación a vacío.
A veces su presencia parece invadirlo todo. Y en un instante se esfuman, dejando solo una leve sensación a vacío.
Están las que se creen haber visto. Si bien su existencia es
debatible, su aroma existe. La creencia popular suele atribuirles características
fantásticas.
El mito dice que “No se parecen a ninguna y se les aparecen a pocos”.
Aunque todos pueden jurar haberla conocido.
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