19/12/12

IMAGINATE QUE SOS UNA COMPUTADORA



Imaginate que sos una computadora.

Imaginate que desde que te despertás procesas datos constantemente. Tenés tu propia escala de valores para medir unidades ínfimas e infinitas. Aunque todo se resuma a 0 y 1.

Imaginate que sos una computadora.

Imaginate que tenés acceso a muchísima información en cuestión de segundos. Tu memoria es física y aleatoria. Tu alcance es ilimitado, aun cuando tu cuerpo sea de plástico.

Imaginate que sos una computadora.

Con su respectivo hardware y software. Tenés un mouse, pero la ruedita ya no anda. Tenés un teclado muy desgastado. Cada vez que te colgás alguien te resetea. Cada tanto se te ensucia el cooler, te calentás y comenzás a fallar. Porque no hay nada peor que andar con el cooler sucio.

Imaginate que sos una computadora.

Y aunque todo esté a tu alcance en un parpadeo alguien te maneja.

9/10/12

LA BÚSQUEDA PARTE I

Se dejaba llevar por las horas y volvía caminando.
Sus ojos se volvían linces y cazaban en la basta pradera. Ya no había misericordia en sus fauces.
Relamía en sus colmillos el sabor de la ansiedad contenida, buscando morder eso que le quedaba lejos.
Se sucedieron los días y las cosas parecían mantenerse en trance. Nada parecía afectado, nadie parecía estar alerta.

Juntó lo que pudo, dejó reposar sus pies en un arroyo y cargó su pipa.
El humo le hizo compañía, solo unos instantes.
Intento concentrar su mente en el silencio del valle, quizás esperando escuchar sus palabras en la tranquilidad de la noche.

24/8/12

DIAS DE RODAJE

Volver al oficio de alguna manera. Reencontrarme con procesos mentales que permanecían apagados. Y de ahí volver...

El equipo, los equipos, las preguntas de la gente que pasa.
Los chistes internos de cada area. Los asistentes de asistentes, los tiracables, los de siempre.

Volver a pensar en el cuadro, en las tomas. Ver las luces, las coreografías. Escuchar el silencio que va toma y de ahi derecho a la acción.
Entiendo ahora por que elegí este camino.

Ahora con mas ideas. Que esperan hacerse tomas...

13/8/12

PERSONAJES (Revolutions: La historia no contin..)

Otra fabulosa entrega de una historia que por alguna razón quedó a medias...

ASESINO EN SERIO

El trabajo de detective lo lleva a uno a descubrir las facetas más perversas e incoherentes del comportamiento humano. Si alguien me preguntase hoy, el día en el que dejo la fuerza, cual fue el caso que significó un mayor esfuerzo a la hora de comprender la mente criminal contra la que me enfrentaba, mi respuesta sería concisa: El caso del asesino en serie de Quijano, “Julián X”.
Todavía hoy siento escalofríos cuando pienso en aquel “modus operandi” tan extraño. Se cree que uno, al tener este tipo de trabajo, está acostumbrado a los cadáveres, pero esto iba mucho más allá de encontrar un cuerpo inánime en una bolsa de residuo. Inclusive era peor que encontrar los occisos a cargo del “Descorchador Giménez”. Apodo que se gano por dejar un corcho de Michel Torino en las fosas nasales de sus víctimas. Era mucho peor.

Los cuerpos, a veces, aparecían paulatinamente. Un brazo en Cerrillos, otro en Vaqueros, las piernas en San Lorenzo. Lo único que nos permitía saber que el asesino era siempre el mismo era aquella pequeña marca que dejaba en forma de “X” en el medio de la frente y en las extremidades de sus víctimas.

Y como si este trabajo de armar cuerpos no fuera suficiente para todo el cuerpo policial, determinar la serie era mucho más difícil aún.
Sus primeras tres víctimas fueron mujeres de mediana edad. Veinticuatro, treinta y veintiséis, respectivamente. Las tres mujeres eran rubias, caucásicas, de una estatura no mayor al metro sesenta y cinco; y, en lo que fue mera coincidencia luego, sus nombres comenzaban con letras contiguas en el abecedario. 
Ana, Bianca y Celeste, respectivamente, además las tres vivían en Campo Quijano.
Creímos estar frente a un maniático obsesionado con el alfabeto. O, según el cabo primero Regas, un profesor de literatura.

Regas era de esos tipos que buscan siempre aliviar la tensión mediante chistes y comentarios sobre la raya, si bien yo le tenía un particular cariño, a veces, esta característica suya lo volvía un poco insoportable.

La cuarta víctima de Julián X fue también una mujer de veintisiete años y era oriunda de Quijano, pero en este caso tenía el pelo rojizo, medía un metro setenta y cuatro, y su nombre era Emilia.
Regas sugirió ahora la posibilidad de encontrarnos ante un analfabeto, y después de reflexionar por segundos su comentario comenzó a reírse al conectar su teoría con la firma del asesino.
Esta humorada lo dejó fuera del caso. Era demasiada la tensión que se vivía en el cuartel como para aguantar las estupideces del huevón de Regas.

Dos semanas después todas las comisarías de la zona sur de la provincia estaban ocupadas en el caso de Julián X. 
Nos era muy difícil prevenir cualquier tipo de crimen ya que no sabíamos en que basaba su elección. Pensamos en patrullar toda la zona de noche, escoltando de manera disimulada a las señoritas que aparentaran de veinticinco a treinta años y anduvieran solas. 
Al fin y al cabo, lo único que unía  a todas sus víctimas era el sexo y la edad que comprendía la franja previamente citada. 

Se asignaron cuatro policías por manzana y comenzó entonces lo que se llamo la “Operación Escoltas”.
La creatividad a la hora de elegir nombre para las operaciones no era el fuerte de mis muchachos.
Después de dos días sin ningún tipo de noticia sobrevino una tragedia. 

Había un nuevo cuerpo. Esta vez era un joven, en la autopsia se le estimó veinte años, tenía la cabeza rapada, superaba el metro ochenta de altura y respondía al nombre de Daniel.
Ya era desesperante el intentar buscar nexos entre un cuerpo y otro. Nada parecía ayudar a la tarea que me había sido encomendada. Ahora lo único que unía a todas las víctimas era el simple hecho de que todos eran seres humanos.

Por supuesto su siguiente víctima tuvo que romper el esquema. Es difícil describir la estupefacción general que causó el encontrar en la puerta misma de la comisaría un perro, que respondía al nombre de “Sultán” muerto, con una X tallada en su frente.
La autopsia reveló que tenía aproximadamente cuatro años (veintiuno en el sistema canino) y no superaba el metro.

27/6/12

BAJO EL AGUA

Seguía lloviendo.
La cortina de agua cubría de punta a punta el valle. Mas allá de su mano solo se veía agua y musgo.
Se sentó, entonces, en una piedra y dejó que su mente divagara.
Había pasado demasiado tiempo arriba. Y ahora la gravedad era obvia. Sus pies y debajo de ellos el suelo.

Entendía lo difícil de intentar mantener la calma cuando esta lluvia era la otra cara de su adversario.
Los truenos perdiendose tras la montaña eran solo un canto de victoria.

Prefería pensar en otras cosas. Aceptaba lo que consideraba una derrota parcial.
Ahora solo podía esperar a que escampe para volver a cerrar las heridas del barco.

30/5/12

EL IMPULSO


Es, sin ser, la presencia absoluta que satisface mis necesidades. 
Quizás no lo nota, pero de todos modos fluye con el impulso de mi quiero. 

Se desvela pensando cosas radicalmente opuestas a mi saber, y por eso la deseo. 
Saboreo entonces la contradicción que se derrama por mis dedos. Me sabe a distancia.

Cautiva, de una manera explícita, mi atención.
Se regodea ante mis ojos, que la buscan sin mostrar sus intenciones. Pero cuando la encuentran, atenta, se escapan. Con los párpados entre las patas.

A veces ni siquiera se da cuenta de su incidencia. Siendo solamente cómplice accesorio de “lo que se debería conseguir en…”

De esta manera se presenta, blandiendo su perfección por sobre los eslabones débiles. 
Actúa un papel que fue escrito hace tiempo, pero encuentra la manera de adecuarlo a los tiempos que corren. Y con leves retoques la interpretación es perfecta. 

El problema es que quizás no lo nota, pero de todos modos fluye con el impulso de mi quiero.
Y sigue siendo, sin ser.

16/5/12

CRIATURAS DE LA NOCHE V


Están las que claramente están. No es su intención pasar desapercibidas, ni tampoco lo es la ausencia.
Sus acciones están en sintonía con la noche. Entonces su presencia se convierte en compañía.
A veces de cerca, a veces de lejos, pero a la vista.

Están las que parecen estar. Disfrutan posarse en los límites de la periferia, en donde los ojos no entrenados no saben si  gritan o sonríen.
A veces su presencia parece invadirlo todo. Y en un instante se esfuman, dejando solo una leve sensación a vacío.

Están las que se creen haber visto. Si bien su existencia es debatible, su aroma existe. La creencia popular suele atribuirles características fantásticas. 
El mito dice que “No se parecen a ninguna y se les aparecen a pocos”
Aunque todos pueden jurar haberla conocido.

4/5/12

EN LA TRAMPA

  Termina desagradandome el sabor a gris.
    Excluyo las cosas que me saben así.
      Reprimo los rojos, tiñendo con verde.
       Mordiendo avellanas, castaños y piel.
         In situ espero que muerda el anzuelo.
          Nadando hacia el fin, volviendo naranja el carmín.
            A tiempo enrollo la tanza, y exhala como puede.
              Reprimo la piedad para que el rojo explote.
                A veces termino con culpa la pesca.

               Contrario a lo que se piensa, en los rincones, surten efecto.
             A la presa poco le importan las convenciones geométricas.
          Y si bien la huida parece ser cosa de mandinga.
         En aquellos instantes de furia y pánico.
       No todos saben como reaccionar.
     Dos veces la presa escapa, dos veces el cebo falla.
   O solamente no es temporada.

24/4/12

SUS HOJAS CAEN

Sus hojas caen...

Sus labios se cierran de manera hermética, su espacio se contrae e implosiona. Se consume su tiempo y de los minutos solo quedan cenizas.

Sus hojas caen...

Se derrite lentamente y forma un charco alrededor de mis ojos. Su cuerpo se vuelve líquido e intento convencerme de que el dolor solo está de visita.

Sus hojas caen...

Nadie repara en la amargura que transparenta sus ojos. Vuelve a ser dulce, vuelve a lastimarse. Camina a través del otoño sin sentirse inmortal.

Sus hojas caen y yo me voy con ellas.

ESE


Hay veces que tengo ganas de escribir, hay veces que no puedo evitarlo.

Tratar de impregnar en una hoja ese nudo ajustado, que nunca termina de irse, es quizás imposible, pero tampoco es lo que busco.

Quizás mi intención sea la de derrumbar el mito que existe sobre dejar las lágrimas en el papel y salir ileso. El pensar que encontré palabras para sacar la basura afuera me va a ayudar a cerrar ciertas compuertas es meramente ridículo.

No creo que nadie pueda hacer desaparecer el frío y la angustia con un poco de tinta.

La ayuda llega por otro lado. El reconocerme en el papel y poder leer en palabras cercanas a una solidez aparente lo que me asola, me ayuda a crear un segundo personaje. 

Un antagonista tácito, que evade cualquier resquicio de consolarme y me entrega de manera concreta los problemas a tratar.

Dejo de ser yo el que narra esto. Ahora es un papel, es tinta, es lógica. Ahora es una voz desconocida que dice que habla de mi.

Él no intenta convencerme, no me ofrece alternativas ni treguas. Me ataca porque sabe, porque puede y porque lo cree necesario.

Se convierte así en algo superior a un reflejo fiel de mi pena. Al destruirla y rearmarla me deja ver su único rostro. Sin velos ni espejismos.

Puede parecer peligroso, entonces, buscar esta confrontación con un rival que me conoce tan en detalle. Pero su palabra me activa. Su verdad cruda me exige respuestas y en ellas encuentro el camino.

A diferencia de mi pena y mi alegría él es eterno. Y eso ya es mucha ventaja.

14/4/12

LLEVATE EL DIA

Las palabras rebotan y vuelven.
Lo supérfluo super fluor florece entre la flora.
El diálogo se desdibuja entre las bujías de mi brújula.
Viejas brujas me leen el pasado, porque el futuro se viene duro.
Algo pisado, las rejas, el rojo y la paz.
Termos llenos de temor, y el tumor de un dedo que toca tremulas tonadas.
El pasto casto que quiere pastar como el carnero que adora su carne.

Entona mi voz retazos de trazos antes trozados, cual pollo al spiedo.
Los medios del miedo, que significan el encontrar significados en vos.

Doy vueltas, vuelvo a volar. Junto a las volutas impolutas del devenir del humo.
Intento entonces asumir que el suelo suele salir a pasear, solo, soldado al sol.
Ahora jurando unir las ideas en tu alma, buscando ser buscado.

Viene de: Paraphernalya "Sin título"

10/4/12

BISAGRAS SARGASIB

Se me parte en dos la cabeza y todas las posibilidades se polarizan.
El reparto suele ser parejo, uno por aquí otro por allá. Pero esto no asegura equilibrio.

Aquí el que tiene ganas de gritar verdades a seis voces queda atrapado del mismo lado que el tímido.

Mientras que allá el extrovertido y social debe convivir con el que prefiere callar y dejar que el silencio obre maravillas.

Aquí el conquistador nato debe relegar lo posible al escuchar al pesimista.

Mientras que allá, donde termina una y comienza la otra mitad, el optimista mantiene al perdedor con ilusiones.

Es difícil pensar que la solución es simple, mas cuando esta mitad busca respuestas y aquella tiene preguntas.

Si el proceder lógico es unir ambas mitades...

Necesito un cierre...


Necesito un cierre...


Necesito un cierre...

Si el proceder lógico es unir ambas mitades...

Es difícil pensar que la solución es simple, mas cuando esta mitad busca respuestas y aquella tiene preguntas.

Mientras que allá, donde termina una y comienza la otra mitad, el optimista mantiene al perdedor con ilusiones.

Aquí el conquistador nato debe relegar lo posible al escuchar al pesimista.

Mientras que allá el extrovertido y social debe convivir con el que prefiere callar y dejar que el silencio obre maravillas.

Aquí el que tiene ganas de gritar verdades a seis voces queda atrapado del mismo lado que el tímido.

El reparto suele ser parejo, uno por aquí otro por allá. Pero esto no asegura equilibrio.

Se me parte en dos la cabeza y todas las posibilidades se polarizan.

8/4/12

EL ESPACIO

El espacio, en contra de la creencia colectiva, jamás es estático. Inmensurable si, pero en constante movimiento. La distancia puede ser ínfima o infinita, variando según la intención del momento.

La realidad como concepto necesita un espacio físico que la contenga, la materia y la energía puede ser la misma, la diferencia radica en cómo interactúa el vacío entre ellas.

El espacio puede ser el lugar, como así también la ausencia de...

Es extraño entender que lo que rebosa en todo el espacio (astronómicamente hablando) es vacío. Distancia entre el punto del que observo y el punto al que observo.

Cada pétalo se aleja del siguiente y entre sus espacios nace una flor.

Y la belleza de su sonrisa reposa en el espacio que existe entre sus dientes, el ambiente que nos rodea y la distancia entre su boca y la mía.

Sería bueno tener un punto de partida, y desde ese punto bang...

Big Bang


Viene de: Ideas sin cribar: "El Tiempo"

ABRO EL JUEGO

En realidad esta entrada es solo para explicar la siguiente... una especie de juego planteado entre los que somos...

Yo muevo la pelota, aunque no se quien la quiera recibir.

Digo que comencemos a fluir cual oceano... yo leo, yo me imspiro, yo escribo... yo-yo

1/4/12

APNEA

- La puta madre – El Gordo Pesutti golpeo con su enorme mano la mesa tirando una botella, vacía por suerte. Estos ataques de ira no eran comunes en él, pero estaba sinceramente enojado. - No puede ser que siempre pase lo mismo.

- ¿Qué pasa Gordo? – Preguntó Ariana sin sacar los ojos del televisor. Estaba viendo la telenovela brasilera y era raro que algo logrará distraerla.

- ¿Qué pasa? – Preguntó retóricamente. - ¿Qué pasa? Que cada vez que me propongo hacer uno de estos crucigramas de mierda siempre me quedo corto con una palabra. – El Gordo recién ahora se daba cuenta que Ariana había dejado de lado su novela para ayudarlo con su problema.

- ¿Y? – Ahora Ariana lo miro a los ojos, intentando entender el porque del golpe – No es para tanto Gordo, fijate en las soluciones y ya está.

- Claro, total así es más fácil. – El Gordo nunca había tenido el don de la ironía de su lado, y esta vez no era la excepción. - Vos no entendés, quiero hacerlo sin necesidad de ver las putas soluciones. Esas están para lo que no saben un carajo.

- ¿Y que palabra te está faltando? – Dijo por cortesía mientras volvía a concentrarse en la intricada trama de “Amor de juventud”.

- Como si te importara. Además no creo que la sepas. Digamos que nunca se te dio por hacer estos juegos. – Dijo y remarcó esa última oración de una manera despectiva.

Ariana apagó el televisor y lo miró fijamente al gordo con un odio poco común en ella, este le devolvía aquella mirada desafiante. Si había algo que Ariana no soportaba en este mundo era que la subestimaran. La gente que la conocía bien evitaba cualquier tipo de situación o comentario que la hiciera sentir así.

- A ver pelotudo, probame. – Dijo mientras se ponía de pie y caminaba hacía la mesa del comedor. Cada paso resonaba sobre el parqué, remarcando aquel obvio sentimiento de ira que corría por sus venas.

- No jodas Ariana. No quise hacerte enojar. – el Gordo se había empequeñecido ante aquella reacción de su compañera de cuarto. Si bien le sacaba una cabeza y media, había escuchado historias del enojo de Ariana y prefería no tener que lidiar con ella. – Te ofrezco mis sinceras disculpas. Es que no creo que sepas la palabra, y no quiero amargarte, viste.

- Para no amargarme llegas tarde, ahora. – Se sentó a su lado intentando disimular su enojo - ¿me podes decir que palabra te falta, gordito? – Dijo esta última palabra con un tono de voz mas cercana al cariño que al odio, lo agarro del brazo y apoyó su cabeza sobre el enorme hombro del gordo.

El Gordo ya vivía hace dos años con Ariana y más de una vez se había hecho la cabeza con ella. Está de más decir que el siempre había estado enamorado de su pequeña compañera. Y digamos que tenía todas las razones del mundo.

Ariana tenía lo que se llamaba una belleza especial. Era más bien menuda, morocha, de ojos pequeños y claros, y una nariz apenas prominente que, más que arruinar su perfil, le daba un aire de elegancia. Debía medir alrededor de un metro sesenta, tenía pequeños pechos, pero hermosamente redondeados y un culo impresionante.

El Gordo intentaba acercarse a ella de cualquier manera y cuando ella hacía estas cosas “amistosas” de abrazos y besos se ilusionaba y volvía a creerse en carrera.

- Eh… - Bajó la vista sobre la revista de juegos y buscó la definición de aquella palabra, demorando aquel instante la mayor cantidad de tiempo posible – Aquí está. 4 Vertical : Suspensión de la respiración. Son cinco letras – Agregó después de contar en el diagrama.

Ariana se levantó, lo besó en la mejilla, le palpó la cabeza con una expresión de amor maternal y emprendió su marcha de regreso al sillón, si se apuraba podría ver si Elena le decía a Leo que en realidad el hijo que esperaba era de él.

Cuando estaba llegando al sofá cama escuchó de nuevo la voz del Gordo desde la mesa.

- Viste que no la ibas a saber. – Dijo disfrutando su pequeña victoria por dentro. Ahora estaba tranquilo, Ariana no lo hubiera dejado olvidarse de aquel momento si le decía la palabra que le faltaba. Todavía se le burlaba de aquella tarde en la que había confundido el azúcar con la sal y, en un acto de estúpido orgullo y esperanza de que nadie se percatase de aquel error, había tomado el peor café de su vida.

- ¿Y quién dijo que no la sé? – Ariana volteó su cabeza y clavo sus ojos celestes en los del Gordo, que otra vez se ponía nervioso.- Solo espero que la próxima vez no me hagas levantar por boludeces.

Ahora miraba hacía el televisor, dándole la espalda al gordo mientras sonreía de oreja a oreja. Sabía que no iba a pasar mucho tiempo para que el Gordo comience a acosarla, y de alguna manera estaba disfrutando ese breve momento de silencio sepulcral.

- Entonces – El Gordo, mientras se secaba la transpiración de la frente con su antebrazo, buscaba un tono de voz que no delate su indignación. – A ver, decime ¿Qué palabra es?

- Ah… ¿No la sabes? – Ariana lo miraba con displicencia e intentaba contener la risa.

- Creo que eso quedó bastante claro ya. – No recordaba haber sentido tanta bronca hacía alguien antes. Excepto, tal vez, hacia aquel compañerito de primer grado que le “regalo” aquel apodo por el cual todos lo conocían ahora. Ser “El Gordo Pesutti” hoy en día no era un problema, pero pasar toda la primaria siendo “El Gordo” había sido un calvario.

- Entonces fijate en las soluciones. – Dijo Ariana y retrucó después. – Que son para los que no saben un carajo.

El lápiz en la mano del Gordo comenzaba a crujir. Estaba recibiendo toda la presión de aquella manaza que se ceñía cada vez más fuerte. Su paciencia se iba acabando, como la vida útil del lápiz.

Entonces una idea se gestó en aquella cabeza a punto de ebullición, era solo una teoría, pero podía ser la respuesta. El Gordo se tranquilizó un poco ante esta posibilidad

- ¿Sabes que? – Atacó entonces. – Para mí que vos tampoco sabes y me estás boludeando. – Ahora sonreía el Gordo, mostraba sus dientes y soltaba una carcajada forzada. – Vos tampoco sabes un carajo. Ja… Si, yo soy un ignorante, pero al menos lo admito.

Una vez más Ariana apagó el televisor, esta vez tranquila. Su novela había terminado y tenía que bañarse para ir a laburar. Se levantó y comenzó a caminar en dirección hacía el baño.

Ya estaba cansada de este juego y sabía que si no lo hacía ahora el Gordo no la iba a dejar en paz.

- Es “Apnea” – Ariana saboreaba un caramelo invisible en su boca mientras caminaba por el pasillo – A; P; N; E; A – Deletreó luego con particular acentuación cada letra.

- ¿Apnea? – El Gordo contó los casilleros, y descubrió además que la “P” ya estaba colocada – No, no entra. – Le dijo al pasillo vacío desde el cual le habían dictado la respuesta - Viste que tampoco vos la sabías.

- Mira vos – dijo Ariana, ya desinteresada. – Me debo haber equivocado.

Y mientras Ariana cerraba la puerta del baño, el Gordo colocaba una “A”, una “N”, una “E” y otra “A”, para luego esconder la revista en un lugar alto, donde Ariana nunca fuera a encontrarla.