Imaginate que sos una computadora.
Imaginate que desde que te despertás procesas datos
constantemente. Tenés tu propia escala de valores para medir unidades ínfimas e
infinitas. Aunque todo se resuma a 0 y 1.
Imaginate que sos una computadora.
Imaginate que tenés acceso a muchísima información en
cuestión de segundos. Tu memoria es física y aleatoria. Tu alcance es
ilimitado, aun cuando tu cuerpo sea de plástico.
Imaginate que sos una computadora.
Con su respectivo hardware y software. Tenés un mouse, pero
la ruedita ya no anda. Tenés un teclado muy desgastado. Cada vez que te colgás
alguien te resetea. Cada tanto se te ensucia el cooler, te calentás y comenzás
a fallar. Porque no hay nada peor que andar con el cooler sucio.
Imaginate que sos una computadora.
Y aunque todo esté a tu alcance en un parpadeo alguien te
maneja.