8/7/09

DIBUJANDO FLORES

El lápiz recorre un trazo de memoria. Cada petalo tiene que ser exactamente diferente al anterior. Cada flor tiene que resaltar de las demás sin opacarlas. Así, nada llama la atención mas que la suma del todo.
Cada tallo tiene que tener la cantidad perfecta de curvas, como cualquier tallo.
Las raices deben ser delicadas, y sin embargo deben estar aferradas al suelo.
Sus hojas, suaves y firmes deben estar dispuestas a conmoverse con el viento mas leve.
Y por último no se debe NUNCA dibujar una maceta. La libertad es lo que las hace eternas. Su belleza es un equilibrio exacto entre la necesidad de encontrar un suelo y la posibilidad de que este sea cualquiera.

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