CRIATURAS DE LA NOCHE IV

Cada criatura tiene su sonido, cada sonido tiene su razón.

Están las que se lamentan desde la puesta del sol hasta el alba, dejando que el frio de la noche les arranque la pena de las cuerdas y se la lleve lejos. A veces aullan, a veces susurran, a veces se lamentan con pesadez. Esperando que cuando la noche se retire no vuelva, a menos que traiga buenas nuevas.

Están las que festejan los últimos rayos, sabiendo que la oscuridad los espera. Sus voces se levantan a lo ancho y largo del valle, y retumban en los oídos de aquellos que no quieren. A veces aullan, a veces susurran, a veces gritan con euforia. Sabiendo que el final de la noche solo es un lapso hasta el próximo ocaso.

Están las que afinan junto al horizonte y componen para las estrellas. Dejando que su llamado se vuelva melodía, atraviesan la noche, armonizando con todo lo que las rodea. A veces reproducen, a veces crean. Deseando que su canción ayude a las que se lamentan y a las que festejan, proporcionandoles el ritmo necesario.